En esos momentos en que piensas "tierra, trágame", la solución de lanzar una bomba de humo y desaparecer de la escena haciendo la croqueta está bien, siempre que tengamos una bomba de humo a mano.
El jersey de lana para introvertidos siempre lo llevamos encima y sirve para los mismo, y además abriga. Lo único malo es que pierde su funcionalidad durante los meses cálidos del año, salvo casos de introversión extrema.
Su diseño nos permite relacionarnos con normalidad cuando los niveles de estrés son aceptables. Y cuando entramos en "modo Rajoy pánico", solo hay que ponerse la capucha, subir la cremallera y esperar a que el problema desaparezca por si mismo.
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